29 noviembre 2015. 1 Adviento

«ADVIENTO»

Este domingo comenzamos el tiempo de Adviento. Podemos decir que durante el año celebramos dos grandes fiestas de Jesucristo: La Resurrección en Pascua y el nacimiento en Navidad. Para mejor prepararnos, la Iglesia nos invita a una profunda reflexión cada vez que se aproximan estas fechas con el tiempo de la Cuaresma y ahora para la Navidad con el tiempo del Adviento.

El significado de «Adviento» viene del latín «adventus» que significa advenimiento. En su origen es un término griego («parusía») empleado en la Iglesia en los primeros siglos. Con este término se quiere designar la venida de Cristo entre los hombres, a la vez esa venida primera en Navidad y su advenimiento glorioso al final de los tiempos. Con el paso de los años el término acabó utilizándose para el tiempo litúrgico que precede a la fiesta del Nacimiento.

Comenzamos un nuevo ciclo litúrgico, pues sabemos que el año civil (1 de enero) no coincide con el año litúrgico que comienza en este domingo. En las lecturas dejamos el ciclo B y pasamos al C. Además no diremos el «Gloria» (excepto en grandes solemnidades) y el color litúrgico es el morado. Todos son signos que nos invitan a celebrar un tiempo nuevo, el tiempo del Adviento, es decir, la espera de la venida del Mesías como recuerdo en su nacimiento histórico pero sobre todo en la preparación para ese encuentro al final de nuestro tiempo.

Las grandes figuras que nos vamos a encontrar hasta que celebremos la Navidad son: el profeta Isaías, Juan el Bautista y la Virgen María.

El profeta Isaías manifiesta la esperanza mesiánica, anuncia el nacimiento del Emmanuel. Él encarna a la vez la preparación de Dios y los deseos de la humanidad.

Juan Bautista anuncia la próxima llegada del Mesías y nos invita a un bautismo de conversión para poder prepararnos. El es el Precursor. El señalará tanto en la infancia como en su vida adulta a Jesús como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo…

La Virgen María, acepta delante del arcángel Gabriel ser la Madre del Mesías, gracias a ella, Dios habitará entre nosotros.

El evangelio de san Lucas hoy nos invita a la vigilancia, a estar alerta y esperar, no debemos olvidar el sentido último de todas las cosas porque nos ocupe demasiado lo inmediato. El universo terminará y el Hijo del Hombre, es la clave del sentido de todas las cosas por eso debemos estar bien despiertos.

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