FIESTA PARROQUIAL
El domingo 10 de mayo de 2015 hemos celebrado la Fiesta Parroquial de nuestra Parroquia de Lengua Española de París. Podemos estar agradecidos a Dios por el precioso día de sol que nos concedió, y que contribuyó, sin duda alguna, a dar mayor realce a la fiesta.
La jornada comenzó a las 11.00 con una solemne celebración Eucarística, presidida por el P. Arturo Muiño, párroco, y concelebrada por otros miembros de la Comunidad claretiana que se ocupa de la Misión.
Según costumbre, la Misa fue bilingüe, en español y francés, dada la presencia de las dos comunidades cristianas que habitualmente frecuentan nuestra Iglesia, la comunidad hispanohablante y la francófona. La asistencia a la celebración fue muy nutrida: bastantes personas tuvieron que quedarse de pie por falta de sitio. Entre los asistentes deseamos recordar, sobre todo, la presencia de algunas hermanas de las comunidades de Religiosas de María Inmaculada (St. Didier) y las Hijas de la Caridad de Neuilly.
La parte musical de la Misa corrió a cargo de la coral francesa, con Alejandro, antiguo director de la coral española, que nos invitaron a cantar y a alabar a Dios en francés, español, latín… y hasta en griego!
Para la ocasión la Iglesia estaba engalanada con una abundante decoración floral, particularmente en torno al sagrario, formando casi un trono lleno de color bajo la imagen de nuestra Madre y Patrona, el Inmaculado Corazón de María.
Acabada la Misa, todos los participantes fueron invitados a pasar al patio del Colegio español “Federico García Lorca”, antiguo corazón de la Misión (la famosa “Plaza de España”), del que también este año pudimos disfrutar. En el patio se ofreció a todos los participantes, y no fueron pocos, un aperitivo, diligentemente preparado, en la tarde del sábado, por el grupo de señoras españolas que tan cercanas están a nosotros y que se desvivieron por que todo estuviese a la altura: a ellas nuestra gratitud y reconocimiento.
También durante ese tiempo algunos miembros de nuestra ONG “PROCLADE” presentaron un stand de libros, películas y discos a la venta, ofrecidos generosamente por nuestros parroquianos, para recaudar fondos para el proyecto de colaboración que la ONG lleva con una comunidad campesina en Honduras: al final de la jornada los resultados de la venta parece que fueron bastante satisfactorios.
A eso de las 13.30, tras el aperitivo, quedaron en el patio del Colegio las familias que tenían intención de comer in situ: este año éramos unas 80-90 personas, distribuidas en diferentes mesas bajo las bóvedas del claustro. Durante la comida reinó un agradabilísimo clima de alegría, propio de la fiesta.
Hasta las 14.30, en que volvieron a abrirse las puertas del Colegio para quienes quisieran participar en la tarde festiva, los responsables del grupo de post-comunión se encargaron de distraer a los niños presentes con una batería de juegos, a los que se unieron también, de buena gana, algunos “no tan niños”. La diversión estaba asegurada.
Y a eso de las 14.30 comenzó la segunda parte de nuestra fiesta, caracterizada por diferentes intervenciones musicales, de considerable nivel artístico: un grupo de flauta travesera, digno de mención por su alta calidad, el conjunto de “sevillanas” que, como siempre, puso una nota de color y alegría a la fiesta, una cantante solista y un excepcional guitarrista: todos ellos dieron muestra tanto de su disponibilidad cuanto de su maestría. Por fin, como broche y colofón delicioso, una banda de “metales” nos deleitó con diferentes piezas clásicas y modernas, como para dejarnos a todos un buen sabor de boca, tan bueno que algunas personas se lanzaron a bailar, con gran regocijo de los presentes.
Y, clausurando la fiesta, no podía faltar la tradicional tómbola. Este año contábamos con 25 lotes de regalo. Algunos de los afortunados ganadores estaban presentes: otros, ausentes durante el sorteo, irán apareciendo en las próximas semanas.
Y a las 18.30 acabábamos nuestra jornada de Fiesta Parroquial, y la acabábamos con un bonito gesto de colaboración, por parte de todos los presentes, que no escatimaron esfuerzos a la hora de recoger mesas y sillas y adecentar el patio del Colegio.
Gracias a todos los que han colaborado con sus ofertas, su trabajo o su presencia: sin ellos la Fiesta Parroquial no sería ni fiesta, ni parroquial. Gracias.
