Por los años 1906/1907, el Rey Alfonso XIII hizo una visita a Francia, acompañado de su consejero espiritual, Mgr. PALMER. Pudieron constatar los muchos españoles que había ya en Paris y en los alrededores. Mgr. Palmer quedó muy impresionado por su número y por la poca atención que recibían humana y espiritualmente. Su famosa frase “mueren como perros” debió impresionar al Rey, de tal manera que en 1913, la iglesia y los locales son adquiridos por el Estado Español para servicio de los emigrantes españoles. El es el propietario de la iglesia y locales anejos, con el que por convenios, contratos o acuerdos y los responsables de la iglesia ha habido unas relaciones correctas.
Una de las pruebas del interés del Rey, es la dedicatoria que se puede ver en el pasillo de entrada : “a los capellanes de la Misión Española”, firmada por él mismo.
La responsabilidad pastoral de la Iglesia Española de Paris, con el beneplácito del Arzobispado de Paris, es encomendada a los Misioneros Claretianos, Hijos del Inmaculado Corazón de María, desde el principio. Ello se debe, sin duda, a las huellas que el fundador de dichos misioneros dejó en la Casa Real de Madrid donde fue Capellán de la Reina Isabel II. Nos referimos a San Antonio Mª Claret.