Aprovechando su presencia en París para celebrar el sacramento de la Confirmación con los jóvenes de la Parroquia de Lengua Española de la rue de la Pompe, D. Ciriaco Benavente, Obispo de Albacete y Presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, tuvo un encuentro, el sábado 7 de mayo 2016 por la tarde, con los representantes de diferentes Comunidades hispanohablantes de París.
El encuentro tuvo lugar en la cripta de la Iglesia de la Parroquia de Lengua Española, y a ella asistieron unos 40 miembros representando a las Comunidades de N.D. de La Compassion, las Hijas de la Caridad de la Asociación S. Fernando de Neuilly, las Religiosas de María Inmaculada de St. Didier, St. François de Sales, St. Pierre de Chaillot, las Cruzadas de la Iglesia, St. Antoine des Quinze-Vingt (Asoc. Paris XII) y la Parroquia de Lengua Española de la rue de la Pompe. A la reunión asistió también el P. José Luis Pinilla sj, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, que acompañaba a D. Ciriaco Benavente.
El encuentro se abrió con un momento de oración, dirigido por el P. Carlos Tobes cmf, de la Comunidad de la rue de la Pompe y Capellán nacional para las Comunidades hispanohablantes de Francia. A continuación se fueron presentando las diferentes comunidades, indicando el tipo de actividades que desarrollan y los servicios que prestan, así como las principales dificultades que encuentran, de carácter material o espiritual; con frecuencia se constata la penuria de sacerdotes disponibles para acompañar a estas Comunidades, o también problemas de colaboración con los sacerdotes encargados de las iglesias en que las Comunidades tienen su sede.
Tras la proyección de un video sobre la emigración en España y diferentes actividades del Secretariado de Migración de la C.E. Española, tomaron la palabra D. Ciriaco y el P. Pinilla, quienes ilustraron la situación del problema migratorio en nuestros días y afirmaron la importancia de las Comunidades en el mundo de la Emigración, tanto a nivel humano como religioso, agradeciendo la labor, a veces fatigosa, que se está realizando.
El encuentro concluyó con una cena fraterna, en la que se compartió lo que cada uno había traído…y como en la multiplicación de los panes y los peces, todos comieron hasta saciarse y con los restos se llenaron más de doce canastas… porque el Señor siempre multiplica los frutos de la generosidad.